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Fascitis plantar, ¿Qué clavito clavó Pablito?

Blog, Testimonios 07 de Agosto de 2019

La fascitis plantar es una dolencia muy frecuente del pie, que se ha convertido en un saco sin fondo para muchos dolores. En numerosas ocasiones no hay signos inflamatorios y la fascitis no hace honor a su nombre porque no hay “itis” por ningún lado. Con frecuencia este dolor se vuelve persistente e incapacita de forma importante a la persona.

Os dejamos con el testimonio de Cassie. Instrucciones de lectura:

  • - Hemos respetado el idioma original del testimonio pero mi hermana ha tenido el detalle de traducirlo (gracias Inés).
  • - No olvidar nuestra explicación fisiológica del final, para interpretar correctamente los resultados.

Gracias Cassie por compartirlo.

Testimonio.

Hello to the people in doubt, 

My name is Cassie. I’m a 28 year old that has been working in a kitchen for 10 years now. I understand pain. Pain from burns, pain from 10+ hours of standing on my feet, 6 days a week, but about 5 months ago I felt a pain like I hadn’t felt before.  I would complain and complain about how bad my foot was hurting. I went to the doctor and he told me I had plantar fasciitis. He sent me home with exercises to do on my foot. He also recommended this big bulky boot that I was supposed to wear at night (it was super attractive, really gets people in the mood). After 5 nights of waking up in more pain than I had fallen asleep with, I decided to stop using the boot. 

But I was now in more pain and more desperate than ever to get rid of the pain. I would change my shoes 3 times a day, took pills for inflammation and pain, stopped going to the gym, stopped doing fun things that would involve standing, and complained until someone finally heard me. I was recommended to Maite Goicoechea and, even though we live close to 4,000 miles away from each other, she was wonderful enough to do a Skype session with me. I told her about my pain, what the doctor had said and my sexy boot. We both agreed the only thing the boot should be used for is to put some flowers in.  

Then we did an exercise (for my brain and body, don’t think hours at the gym sweating, more like meditating), that BLEW MY MIND.   

The exercise was as simple as this: “close your eyes and sit down with both feet firmly on the ground (normal). Now I want you to imagine that there is a nail sticking up from the ground and your foot is pressing up against it ,and there is nothing you can do about it...”. My entire body was completely rigid and tense, then she was like, “ok, now pretend that you have a balloon between your legs and you still have the nail at the bottom of your foot” (I was still so tense!). “Now, release the balloon and remove your foot from the nail”. And then nothing short of magic happened: my entire body dropped, and I felt so relaxed that the pain was GONE.

The super simple explanation of it all: when I feel pain when I get up, it’s just that the muscles have been tense when I'm sitting and not actually relaxing. So, my foot needed the reminder to be relaxed and not be so tense. So, I had to train my brain when I'm relaxed (because that’s when the pain was at its worst: right when I got up from being relaxed or when I woke up in the morning). Like, “hello, brain, there is no nail in my foot. Relax, drop the balloon to the floor, there is no nail”.

The pain came back a few times over the course of a month, which was to be expected. But I did what Maite told me to do: repeat this exercise and then forget about it. Also, when I feel no pain (usually, when I’m at work), I should compliment my brain: “yes brain, good job brain.  See? There’s no harm being done to your foot, you’re okay, you can relax now”.  

It’s been a month now where I have been pretty much completely pain free. I don’t feel like an old lady when I get out of bed anymore. I don’t feel shooting pain in my foot when I’m not doing anything. I’m free of pain and it’s all thanks to Maite and the way she patiently explained to me her method and a way to put it in practice. That one hour Skype session has given me my 28-year-old body back.

 

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(Traducido del inglés. Cassie es de Nueva York, EEUU)

 

Hola a la gente en duda, 

Me llamo Cassie. Tengo 28 años y trabajo en una cocina desde hace 10 años. Entiendo el dolor. Dolor por quemaduras, dolor por estar de pie más de 10 horas, 6 días a la semana, pero hace unos 5 meses sentí un dolor que no había sentido antes.  Me quejaba y me quejaba de lo mucho que me dolía el pie. Fui al médico y me dijo que tenía fascitis plantar. Me envió a casa con ejercicios para mi pie. También me recomendó una bota grande y voluminosa que se suponía que debía usar por la noche (era súper atractiva...). Después de 5 noches de despertarme con más dolor que al irme a dormir, decidí dejar de usar la bota. 

Pero ahora tenía más dolor y estaba más desesperada que nunca por deshacerme de él. Me cambiaba los zapatos 3 veces al día, tomaba pastillas para la inflamación y el dolor, dejé de ir al gimnasio, dejé de hacer cosas divertidas que implicaban estar de pie y me quejaba, hasta que alguien finalmente me escuchó. Me recomendaron a Maite Goicoechea y, aunque vivimos a cerca de 4.000 millas de distancia, fue lo suficientemente maravillosa como para hacer una sesión de Skype conmigo. Le hablé sobre mi dolor, lo que había dicho el doctor y mi bota sexy. Ambas estuvimos de acuerdo en que la única cosa para la que se debe usar la bota es para ponerle flores, de jarrón.  

Luego hicimos un ejercicio (para mi cerebro y mi cuerpo, no horas en el gimnasio sudando, más bien como meditando), que ME DEJÓ BOQUIABIERTA.

El ejercicio fue tan simple como esto: "Cierra los ojos y siéntate con los dos pies firmemente en el suelo (normal). Ahora quiero que te imagines que hay un clavo clavado en el suelo y que tu pie está presionando contra él, y no hay nada que puedas hacer al respecto....". Todo mi cuerpo estaba completamente rígido y tenso, luego ella dijo: "Bien, ahora finge que tienes un globo entre las piernas y todavía tienes el clavo en la planta del pie" (¡estaba tan tensa!). "Ahora, suelta el globo y quita el pie del clavo". Y entonces nada menos que magia sucedió: todo mi cuerpo se relajó, y al sentirme tan relajada, el dolor DESAPARECIÓ.

La explicación súper simple de todo esto: cuando siento dolor cuando me levanto, es sólo que los músculos han estado tensos cuando estoy sentada y no me relajo. Por lo tanto, mi pie necesitaba el recordatorio de relajarse y no estar tan tenso. Así que tuve que entrenar mi cerebro cuando estaba relajada (porque es cuando el dolor estaba en su peor momento: justo cuando me levantaba de estar relajada o cuando me despertaba por la mañana). Como: "oye, cerebro, no hay clavos en mi pie. Relájate, deja caer el globo al suelo, no hay clavos".

El dolor volvió varias veces en el transcurso de un mes, lo cual era de esperar. Pero hice lo que Maite me dijo que hiciera: repetir este ejercicio y luego olvidarlo. Además, cuando no sienta dolor, tengo que elogiar a mi cerebro: "Sí, cerebro. Buen trabajo, cerebro. ¿Ves? No hay ningún daño en tu pie, estás bien, ya puedes relajarte".  

Ha pasado un mes desde entonces, en el que he estado completamente libre de dolor. Ya no me siento como una anciana cuando me levanto de la cama. No siento dolor punzante en el pie cuando no estoy haciendo nada. Estoy libre de dolor y todo gracias a Maite y a la manera en que pacientemente me explicó su método y una manera de ponerlo en práctica. Esa sesión de una hora de Skype me ha devuelto mi cuerpo de 28 años.

 

Explicación fisiológica.

En el caso de Cassie, el dolor del pie no estaba asociado a daño (como en la mayoría de las fascitis plantares). Haciendo la historia con ella, parece ser que hubo un sobreesfuerzo que podría justificar dolor durante unos días, pero, una vez pasados los tiempos de curación, ese dolor ya no estaba justificado. Era como si la alarma se le hubiera quedado encendida en el pie.

Analizamos las circunstancias en las que el dolor se manifiesta, la duración y el comportamiento del mismo, para razonar si el dolor sigue indicando peligro o únicamente protección.

El pie de Cassie había entrado en un bucle. Si el cerebro sigue percibiendo amenaza (1) (el diagnóstico por si mismo asusta bastante, los comentarios de la gente sobre la fascitis, casos cercanos de fascitis que nunca se quitan, la bota recetada que mete al pie en una especie de escayola, la información de que el pie está inflamado…). El cerebro entró un poco en pánico y siguió manteniendo la alerta, además de ponerle una escayola interna (muscular) al pie de Cassie para tenerlo bien inmovilizado, pues parecía ser un pie de porcelana. El cerebro de Cassie estaba empleando el sentido común frente a la información recibida (2).

Ahora intentemos cambiar el panorama. Cassie acude a su médico que, en vez de tirar de un nombre que contiene una bomba informativa (no tenéis más que meteros en Dr. Google) puede analizar las circunstancias en las que aparece el dolor y diagnosticarle, como mucho, una sobrecarga muscular, que normalmente cede en unos pocos días (estableciendo así unos tiempos de curación, recordemos que la inflamación es un proceso autolimitado). Puede ser necesario un reposo relativo durante un par de días para luego volver a la carga y restablecer la confianza en un pie sano y robusto.

Tenemos aquí dos puntos cruciales a trabajar:

  • - Analizar con Cassie el dolor para razonar si estamos ante un dolor sin daño, es un pie sano y tiene que volver a percibirse como tal. El cerebro necesita una información diferente para retirar la protección. Empleamos de nuevo el sentido común, pero esta vez cambiando la información que entra en el sistema (fundamental establecer un diagnóstico preciso y unos tiempos de curación, que ya han finalizado).
  •  
  • - Tenemos que deshacer el bucle muscular. Cuando los músculos están en “modo escayola”, tienen que hacer un trabajo sostenido, sin descanso, y están sometidos a una carga mucho mayor, y empiezan a sufrir (3). Se produce así un Sesgo de Confirmación. El cerebro confirma su hipótesis de que algo pasa en el pie porque le llegan señales de estrés muscular. El ejercicio realizado con Cassie no es magia, es una forma de romper el bucle, retirar la escayola muscular. No hubiera funcionado si no hubiéramos desactivado antes la idea de daño o inflamación.

 

Bibliografía:

  1. 1. Wiech, K., & Shriver, A. (2018). Cognition Doesn't Only Modulate Pain Perception; It's a Central Component of It. AJOB Neuroscience, 9(3), 196-198.
  2. 2. Bunzli, S., Smith, A., Schütze, R., Lin, I., & O’sullivan, P. (2017). Making Sense of Low Back Pain and Pain-Related Fear. Journal of orthopaedic & sports physical therapy, (0), 1-27.
  3. 3. Hodges, P. W., & Tucker, K. (2011). Moving differently in pain: a new theory to explain the adaptation to pain. Pain, 152(3), S90-S98.

 


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