Blog, Dolor crónico 11 de Octubre de 2018
Ha empezado el curso académico y con ello, de nuevo, los múltiples y recurrentes consejos de ergonomía por parte del personal sanitario.
En estos momentos casi todos los padres de niños en edad escolar tienen claro que transportar pesos por parte de sus hijos en mochilas colocadas en sus espaldas es perjudicial para los niños, y que podrían desarrollar en un futuro dolor recurrente en las diferentes zonas de su columna.
Por ello, hace años, para ofrecer solución a dicha hecatombe, se propuso transportar los pesos en una mochila sujeta a dos rueditas para tirar de ella en vez de sujetar el peso. El que inventó esto en ese momento, hizo el agosto…porque no hay cosa más descontrolada que unos padres asustados por las posibles patologías que puedan desarrollar sus criaturas en un futuro si no hacen las cosas bien o no les proporcionan los medios adecuados para que no suceda…y en parte, es comprensible. Yo también soy madre y me asusto fácilmente.
Después de que casi todos los hogares españoles se comprasen y modificasen el dispositivo de cómo transportar la carga de los libros escolares, volvieron a cambiar las informaciones...ahora tirar de los pesos podía ser también perjudicial, por lo que otro “iluminado” cambió el sistema y colocó 4 ruedas en vez de dos para empujar y no tirar. Este creo que también se hizo de oro.
Frente a la preocupación de las familias por el posible desarrollo de problemas de espalda y desviaciones de columna debido a los diferentes sistemas de transporte de peso de sus hijos, el sistema educativo también ofreció posibles soluciones…en vez de libros, fotocopias de los deberes para transportar a casa y no de un continuo ir y venir de “excesivos” pesos, menos tareas para casa, más formato digital y menos papel…
La verdad es que la cosa no pinta demasiado bien, y cada vez hay más alarmismo con este tema cuando comienza el colegio.
Se estima que entre un 15-20% del peso corporal de nuestro retoños, sería lo indicado…eso es lo que aconsejan los expertos, pero...
No recuerdo de niña haber pesado los libros ni la mochila antes de ir a clase la verdad, tampoco recuerdo a nadie de mis compañeros que sufriera dolor de espalda cuando éramos pequeños, y mira que hemos llevado las mochilas de las formas más variopintas según salían diferentes modas…recuerdo una, que no se si aún seguirá en vigor, que consistía en llevar la mochila a la altura del trasero, era bastante incómodo la verdad, pero te consideraban guay si lo hacías. También las hemos llevado sólo en un hombro soportando en el mismo, el famoso diccionario espasa (¿os acordáis de él?), los libros gordos de las 7 asignaturas que te tocaban ese día, la ropa de educación física, los cuadernos de las diferentes asignaturas, el estuche, la maqueta de plástica en las dos manos… creo que algún padre de ahora que lea esto se sentirá identificado…
También nos íbamos de campamento y hacíamos supervivencia caminando varios días con el petate que nuestra madre nos había preparado (desde atrás sólo se apreciaban dos piernecitas de lo grande que era y lo que ocupaba) con un sin fin de por si acasos que ella consideraba útiles. Me vienen también a la cabeza diferentes juegos que practicábamos entre risas de transporte de cargas a la espalda, por ejemplo el “caballito” mientras echábamos carreras, cuyo único fin era no perder los dientes contra el suelo mientras llevabas en el lomo a alguien que pesaba incluso más que tú… qué tiempos aquellos…
En la actualidad, algo normalizado durante años, se ha empezado a considerar un problema social. Desde los colegios de fisioterapia, no íbamos a ser menos, claro está, por lo que este año, ya hemos comenzado la dichosa campaña de siempre, que consiste en instruir a la población y sobre todo a los padres de niños en edad escolar de lo malo que es transportar cargas en la espalda.
Creo que debemos aportar un poco de luz en este túnel tan oscuro de las mochilas…
Antes de comenzar a explicaros lo que concluyen diferentes publicaciones científicas sobre la materia que nos ocupa, me gustaría que observaseis estas fotos:
¿Ellos tendrán dolor de espalda? O ¿problemas en un futuro?
Hemos tenido en cuenta dos publicaciones recientes realizadas en 2016 y 2018.
La publicación más reciente ha sido una revisión sistemática* cuyo objetivo ha sido investigar si las características del uso de la mochila (p. Ej., Peso, duración de uso, diseño de la bolsa, método de llevar la bolsa, peso percibido) son factores de riesgo para el dolor de espalda en niños y adolescentes… Se revisaron 69 estudios publicados sobre esta materia. Las conclusiones a las que llegan el equipo de Yamamoto y colaboradores es que NO existe evidencia convincente de que los aspectos del uso de la mochila aumentan el riesgo de dolor de espalda en niños y adolescentes.
En 2017 se intentó analizar si los factores mecánicos de las mochilas, así como los factores psicosociales, influían en el dolor de espalda. El equipo que realizó dicho estudio concluyó que hay buena evidencia para mostrar que la angustia psicológica y los factores psicosociales aumentan el riesgo de dolor de espalda en los niños. Los factores físicos como la fuerza muscular, la flexibilidad y la postura NO parecen estar relacionados con el dolor de espalda. No hay pruebas fehacientes de que los factores de alto perfil como el uso de la mochila y el peso, y el aumento del tiempo frente a la pantalla, eleven el riesgo de dolor de espalda en los niños, y la asociación entre exceso de peso y espalda no está clara.
Nos gustaría resaltar otro estudio más antiguo publicado en 2003 ,ya que la muestra que toma para someterla a análisis es bastante considerable. Este es el estudio poblacional más grande que ha evaluado la asociación entre los factores mecánicos y psicosociales y el dolor lumbar a edades tempranas.Los dos hallazgos principales de esta encuesta fueron:
Sin embargo, curiosamente a lo que se cree, el dolor lumbar no se asoció significativamente ni con el tipo de bolsa transportada ni con el método de transporte, ni el porcentaje de peso transportado en relación a la masa corporal del niño o niña.
A mi, como madre, el tema de la mochila no me ha preocupado nunca, pero ahora muchísimo menos (si es que una se puede preocupar menos que nada...).
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