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Cambio de paradigma en fisioterapia

Blog 12 de Julio de 2018

Existe un gran desconocimiento por parte de la población sobre el giro que esta dando nuestra profesión, la fisioterapia. Las nuevas formas de abordaje que nos proponen realizar las guías clínicas internacionales, en base al conocimiento actualizado sobre el dolor, como por ejemplo la guía NICE para el dolor lumbar, ponen en tela de jucio lo que se estaba haciendo hasta ahora.

El ciudadano acude a la consulta de fisioterapia con la expectativa de que se le va a hacer un tratamiento tumbado en la camilla, por un lado, y que si lo que le haga el fisio no le duele no sirve para nada, por el otro. Por último, existe una tercera expectativa bastante curiosa (alimentada por las informaciones que solemos expresarles), de que va a tener que acudir casi de por vida y de forma periódica a nuestra consulta para que sigamos reparando una y otra vez su lesión.

En esta ecuación el paciente adquiere el papel de sujeto pasivo. La implicación en su tratamiento es mínima, ya que depende del fisioterapeuta “curar” la posible causa de su dolor. Las explicaciones que se dan respecto a la búsqueda de la causa residen en su esqueleto, musculatura o articulaciones alteradas, envejecidas, contraídas, descolocadas, pinzadas…etc. Los adjetivos son múltiples.

La realidad es que el dolor no reside en ninguna estructura, si no en el cerebro, que lo proyecta sobre esa estructura determinada. A veces ese mecanismo de protección a través de dolor o rigidez es activado de forma correcta por los sucesos que nos han ocurrido (no todos los que creemos) y otras veces, se activa de forma errónea.

La "nueva fisioterapia" (la llamo así porque las bases de conocimiento que sustentan los nuevos descubrimientos científicos son “relativamente” jóvenes), utiliza dos herramientas fundamentales: Una es la explicación en Neurobiología del dolor, también llamada Neuropedagogía en biología del dolor o educación terapéutica en Neurociencia, en la que el paciente deja de actuar de forma pasiva en su tratamiento y comienza a implicarse en él comprendiendo, preguntando, integrando los nuevos conocimientos que el fisioterapeuta le va relatando, rompiendo posiblemente los esquemas credenciales que tenía hasta el momento sobre el dolor y su “lesión”, todo ello fundamentado en los últimos avances  científicos.

La segunda herramienta es el movimiento. Cuando hablamos de movimiento, no nos referimos a tablas de ejercicios aburridas ni a pautas establecidas a seguir…siempre y cuando se respete la fisiología y la biomecánica tisular. Nos referimos a exponernos a la actividad o movimiento en la que aparece la sintomatología y normalmente se decide evitar por miedo a que aparezca el dolor.

En nuestro caso, normalmente, una vez que el paciente comprende qué está sucediendo y ha descartado su idea errónea (dolor sin daño), decidimos ir al contexto donde se genera el mecanismo de protección para trabajarlo. Nos vamos a correr, a andar en bici, al puesto de trabajo (siempre y cuando nos lo permita la empresa), o a la piscina…es fundamental ayudarles a comprender que lo que se hace en consulta se puede trasladar fuera de ella, que hay que exponerse a la actividad sin miedos y con conocimiento.

La fisioterapia está cambiando, hay muchos compañeros y compañeras realizando este abordaje por toda España, dejando cada vez más de lado las camillas y preocupándose por que la comprensión del paciente respecto a qué le esta sucediendo sea lo mas próxima posible a la realidad tisular.

Como colectivo nos llaman el gigante dormido y, aunque es cierto (seguimos dormidos pues somos una minoría aún) sí que cada vez hay más compañeros y compañeras que se arriesgan a cambiar su forma de abordar el dolor, aunque eso rompa con las creencias populares establecidas de lo que es un fisioterapeuta.

Nosotros nos encontramos en Vitoria, pero existen muchos colegas de profesión que están remando en la misma dirección, porque es imposible dar la espalda a los nuevos avances científicos en materia de dolor, una vez que los descubres. Muchas gracias a todos los que apostáis por este cambio y no seguís culpando a las vértebras, músculos o articulaciones cuando no ha habido lesión, evitando así los mensajes - nocebo.

 

 

 


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