Blog

Home / Blog / Cuando el movimiento se atasca

Cuando el movimiento se atasca

Blog 05 de Julio de 2018

Muchas veces un movimiento (patrón motor) se ve alterado bien por dolor, bien por un periodo de inmovilización, por un golpe….etc.

Cuando esto sucede y dejamos de realizar una acción con esa parte del cuerpo, nuestras conexiones neuronales se modifican.

Es lo mismo que sucede cuando te sacas el carnet de conducir y, por los motivos que sean, dejas aparcada la conducción durante un periodo de tiempo.

Si te vuelves a poner al volante de nuevo, hay que volver a recordar, recuperar de la memoria aquellos patrones de acción pertenecientes al “programa conducción” que están olvidados en aquella caja en el desván. Al principio cuesta, afloran los miedos, y el movimiento con el vehículo no está del todo automatizado.

Conforme vamos repitiendo la acción y damos diferentes estímulos dentro del mismo contexto, (música, mantener una conversación, cambio de camino para llegar a casa) nuestros patrones motores con el vehículo se instauran de forma automática y se obtiene, para una misma tarea, un abanico de posibilidades en nuestra caja de herramientas que nuestro sistema puede decidir utilizar, por lo que va disminuyendo el miedo a la conducción. En definitiva se trata de adquirir variaciones en el aprendizaje motor para ejecutar una misma acción.

Otro ejemplo que pondría de manifiesto lo que queremos reflejar es cuando de niños éramos capaces de hacer el pino. La primera vez que nos enfrentamos a esa situación, la forma de ejecución consiste en ensayo-error y algún coscorrón que otro, hasta que el aprendizaje del patrón de movimiento “pino” se automatiza y somos capaces de realizarlo con los ojos cerrados. La pena es que no seguimos practicando, y si de  mayores se nos ocurre  volver a intentarlo, al principio titubeamos, nos sentimos inseguros y con miedo a si algo se nos romperá…pero si lo intentamos y lo practicamos varias veces, se volverá a restablecer de nuevo con la misma fluidez que cuando éramos niños. Y no siempre lo realizamos en el mismo contexto, ni de la misma manera exacta, si no que nos vamos adaptando a las circunstancias.

Ya lo suelen decir…andar en bici es algo que nunca se olvida….

Cuando un movimiento se atasca debemos trabajar en la misma dinámica que con la conducción o con el pino. No es que el movimiento que estemos realizando esté mal, sólo que nuestro sistema lo tiene, en ese momento, por el motivo que sea (si no existe lesión), codificado como peligroso.

El objetivo es volver a realizarlo de nuevo, pero ofreciéndole al sistema nuevos aprendizajes motores sobre ese mismo movimiento, para que tenga un abanico más amplio de posibilidades sobre las cuales poder elegir. En definitiva, es trabajo de la neuroplasticidad cerebral.

Sería como si existiera un atasco en la autopista por la que circulamos. Una opción es quedarnos ahí parados sin hacer nada, pero también podemos decidir utilizar carreteras secundarias que ya están formadas, pero que es necesario recordar que existen para poder salir del atasco. Eso sí, una vez restaurada la circulación podemos navegar de nuevo por dicha autopista si así lo decidimos.

Esto es lo que aplicamos con los grupos de aprendizaje motor, de la clínica Asier Merino y Maite Goicoechea en Vitoria. Trabajamos la movilidad del organismo a través de juegos, y retamos al cuerpo para la consecución de las actividades que están penalizadas en ese momento.

Todo movimiento o acción conlleva una intención, ya que nuestro sistema nervioso no entiende de una acción si no va implícita en ella  un propósito.

Debemos de empezar a entender al cuerpo como el motor para la consecución de nuestros propósitos y no como el objetivo de la acción. Por ejemplo, si observamos el desarrollo motor en los niños, nos damos cuenta de que les dejamos hacer, es decir, no les damos pautas de cómo voltear o gatear. Su objetivo es desplazarse para coger objetos o para acceder a sitios, y utilizan su cuerpo como medio… no se plantean fortalecer el cuádriceps para ponerse de pie, eso solo lo hacen los adultos, los cuales perdemos la capacidad de jugar con el movimiento y explorar nuevas vías de realización del mismo, porque en definitiva nos da miedo o nos lo han penalizado culturalmente como peligroso.

 


Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar tu experiencia de usuario. Si continuas navegando consideramos que aceptas estas cookies + info > x