Publicaciones 23 de Diciembre de 2019
Si un amigo le dijera que acaba de ver un elefante rosa volando no le creería. Los elefantes no son rosas y no vuelan, por lo que usted necesita algo más que un supuesto testigo para cambiar su idea de cómo funciona el mundo. El cerebro rechaza de primeras información que contradice lo que usted ya sabe y así funciona bien, porque en la abrumadora mayoría de los casos está en lo correcto. Pero ¿qué ocurre cuando el argumento es bueno —no un elefante volador— y al menos deberíamos tenerlo en cuenta aunque nos contradiga? "Me da igual", respondería el cerebro.
https://elpais.com/elpais/2019/12/12/ciencia/1576173836_150081.html